La mujer copiloto, Anju Khatiwada, de 44 años de edad, se metió en el mundo de la aviación después de que su esposo, Deepak Pokharel, copiloto de profesión, falleciera mientras tripulaba un avión de la compañía Yeti Airlines. Dieciséis años después, ella perece en las mismas circunstancias que su cónyuge. Ambos trabajaban en la misma aerolínea.
Lo triste de esta historia es que la copiloto iba a cumplir su sueño de ser ascendida al grado de capitán, pero lamentablemente su destino se vio frustrado a consecuencia del fatídico accidente aéreo que dejó como saldo sesenta y ocho personas muertas el último domingo en Nepal.
Al cierre de esta nota, Khatiwada, será recordada por todos sus allegados como una mujer que convirtió su dolor en fuerza motivadora para sacar adelante a su hijo que hoy en día llora su partida, señaló uno de sus familiares a un medio local de ese país.
