Como una rutina, dinero sucio corre de mano en mano al interior de la prisión Sarita Colonia en el Callao. Delincuentes recluidos en el mencionado centro penitenciario han convertido la cárcel en su fumadero, centro de extorsión y hasta secuestro a otros reclusos por no pagar los cupos correspondientes.
El INPE administra todas las cárceles del país y gracias a un dominical difundido, se pudo apreciar grabaciones donde quedaría demostrado la complicidad entre presidiarios del pabellón IV del penal Sarita Colonia y los agentes de dicha institución quienes habrían recibido dinero para permitir el consumo de drogas y otras actividades ilícitas.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Daniel Maurate, expresó que el Instituto Nacional Penitenciario del Perú afronta una situación complicada que no puede ser solucionada de la noche a la mañana, por lo que conformará un grupo de trabajo con expertos en temas como hacinamiento, seguridad en los penales y deficiencia de equipos.
Sobre los trabajadores involucrados en estos actos de corrupción, Maurate Romero también manifestó que solicitará a este grupo de trabajo que se busque la manera legal de cortar el vínculo laboral cuando se presenten estos casos.
Cuando se logró contactar con uno de los agentes involucrados, este dijo no saber nada y terminó la llamada. Por otro lado, el presidente del INPE, dijo no ser responsable de ningún acto de corrupción de ningún servidor penitenciario y que él solo se encarga de detectar estos actos y evitar que ocurran.
Detrás de las paredes del Sarita Colonia, se esconde nuevamente otra historia de corrupción donde agentes y delincuentes, son los protagonistas.
Redacción: Alejandro Llerena
