Este lunes Irán llevó a cabo la ejecución de Arvin Ghahremani, un miembro de la comunidad judía, tras ser condenado por homicidio en un incidente ocurrido durante una pelea callejera. Según la organización no gubernamental “Iran Human Right”, Ghahremani fue ahorcado en una prisión en Kermanshah, lo que resalta el contexto de crecientes tensiones entre Israel y la República Islámica.
El director de Iran Human Right, declaró que la ejecución de Ghahremani ocurre en medio de amenazas de guerra con Israel, surgiendo que el antisemitismo institucionalizado en Irán pudo haber influido en su condena. Además, señaló que el expediente judicial presentaba fallos importantes que podrían haber afectado el juicio.
La familia de Ghahremani argumentó que él actuó en defensa propia durante el ataque que resultó en la muerte de un hombre hace dos años. A pesar de las súplicas de su madre por un indulto y el intento de la familia de la víctima de llegar a un acuerdo económico, la oferta fue rechazada, lo que llevó a la ejecución.
En Irán, la comunidad judía se estima en alrededor de 20,000 personas y enfrenta desafíos significativos en el islan chiita. Esta situación plantea interrogantes sobre el respeto a los derechos humanos y la equidad en el sistema judicial, especialmente en casos que involucran a minorías religiosas.
Redacción: Zully Cjuro
