En la madrugada de este lunes, un bombardeo del Ejército israelí en el hospital Al-Aqsa, ubicado en Gaza, ha dejado al menos cuatro muertos y más de 40 heridos. Según el gobierno de Hamás, el ataque impactó tiendas instaladas dentro del hospital, provocando un incendio devastador. Hamás calificó este suceso como una «horrible masacre» y criticó el apoyo de Estados Unidos, como también el «silencio internacional” que, según ellos, ha permitido la continuación de la guerra en Gaza.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) justificaron el ataque, afirmando que se trató de una «acción precisa» contra un centro de comando de terroristas en el hospital. En un comunicado, aseguraron que el lugar había sido utilizado por Hamás para planear ataques contra sus fuerzas. Sin embargo, no mencionaron el número de víctimas civiles resultantes del bombardeo, lo que ha generado indignación en la comunidad internacional.
Más tarde, al menos diez pobladores perdieron la vida en un nuevo ataque israelí en un centro de distribución de alimentos de la UNRWA en Yabalia, al norte de Gaza. Los reportes varían, ya que la agencia palestina Wafa cifra las víctimas mortales en ocho, mientras que Al Jazeera, que tiene presencia en la zona, habla de diez. Además, se reportaron heridos que fueron trasladados al hospital Kamal Adwan tras otro ataque cercano a una escuela.
Por otro lado, el bombardeo de una escuela que albergaba a desplazados en Al-Mufti dejó al menos 19 palestinos muertos. Desde el inicio de la operación terrestre israelí en Gaza el 6 de octubre, el Gobierno de Hamás informa que más de 300 palestinos han fallecido en el norte del territorio. En total, desde el inicio de la ofensiva tras el ataque de Hamás a Israel, se han registrado más de 42,200 muertes y 98,400 heridos en el enclave palestino.
Redacción: Zully Cjuro