El presidente ruso, Vladimir Putin, realizó una visita oficial a Mongolia en la noche del lunes, siendo recibido con honores, a pesar de la controversia que rodea su presencia debido a la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo de 2023. Esta orden acusa a Putin de crímenes de guerra en Ucrania, particularmente por la deportación ilegal de niños ucranianos a zonas ocupadas por fuerzas rusas, un acto que, según el estatuto de Roma, constituye un crimen de guerra. La llegada de Putin a Mongolia, un país que es miembro de la CPI, ha generado un debate intenso, ya que Mongolia, en teoría, debería haber cumplido con la orden de detención.
La visita de Putin a Mongolia tiene lugar en un contexto geopolítico tenso, donde su presencia es vista por muchos como un desafío abierto tanto a la CPI como a las organizaciones de derechos humanos que han solicitado su arresto. La decisión de Mongolia de recibir a Putin sin tomar medidas para detenerlo ha sido criticada internacionalmente, especialmente por Ucrania. El gobierno ucraniano ha señalado que Mongolia, al no intervenir, comparte la responsabilidad por los supuestos crímenes de guerra cometidos por Putin, instando a la nación a cumplir con sus obligaciones internacionales.
Por otro lado, el motivo oficial del viaje de Putin es la conmemoración de la victoria militar conjunta entre Rusia y Mongolia durante la Segunda Guerra Mundial, un acontecimiento histórico de gran relevancia para ambos países. Durante su estancia, Putin se reunió con el presidente de Mongolia, Ukhnaagiin Khurelsukh, en la plaza Gengis Kan, en Ulán Bator, la capital del país. La reunión fue marcada por una ceremonia formal que incluyó la entonación de los himnos nacionales y un desfile de soldados de ambos países.
Se espera que esta visita oficial fortalezca aún más las relaciones bilaterales entre Rusia y Mongolia, que ya están cimentadas en un tratado de relaciones amistosas y la asociación estratégica integral firmada en 2019. Durante las conversaciones, ambos líderes discutieron varios temas de interés mutuo y se espera la firma de documentos de cooperación que abarcan diversas áreas, desde la economía hasta la seguridad.
La visita de Putin a Mongolia no solo tiene implicaciones diplomáticas, sino que también envía un mensaje político claro. A pesar de la orden de arresto de la CPI, Putin sigue ejerciendo su influencia en el escenario internacional, desafiando las normativas y mostrando que aún cuenta con aliados que están dispuestos a recibirlo y fortalecer lazos, a pesar de las presiones externas.
Redacción: Lucero Dulanto.