Corea del Sur vive una de las peores crisis políticas de los últimos años. El presidente Yoon Suk Yeol, intentó imponer la ley marcial alegando amenazas internas, pero el Parlamento, liderado por la oposición, anuló la medida en cuestión de horas. Esta acción desató protestas masivas en Seúl y una fuerte presión para que el mandatario deje el cargo.
La medida, que incluyó el despliegue militar en el Parlamento, generó rechazo incluso dentro del partido oficialista. Los legisladores votaron mayoritariamente por su revocación, evidenciando la debilidad política de Yoon. La oposición ha iniciado un proceso de destitución que podría concretarse en los próximos días en un ambiente de incertidumbre.
Yoon justificó la ley marcial para proteger la democracia, pero no presentó pruebas. Su gestión ya enfrentaba críticas por escándalos de corrupción y falta de liderazgo en un Parlamento opositor. Esto ha polarizado aún más el clima político en el país, sumando presión tanto a nivel interno como externo.
Las reacciones internacionales no se han hecho esperar. Gobiernos como Estados Unidos y Japón expresaron preocupación por la estabilidad regional, mientras que la ciudadanía surcoreana continúa movilizándose. Con pancartas que exigen democracia, los manifestantes buscan evitar un retroceso a épocas de dictadura militar en el país.
Redacción: Zully Cjuro