
La empresa española Repsol, en particular la refinería La Pampilla S. A. A., se libró de pagar una sanción millonaria en medio de un conflicto de interés evidenciado por distintos medios locales.
Antecedentes
El pasado julio, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) le aplicó una primera multa a esta empresa con 1 087 UIT, que equivale a S/ 5 millones 004 491, por no establecer las zonas dañadas por el derrame de petróleo ocurrido en el mar de Ventanilla.
Posteriormente, la empresa europea apeló la multa, quedando a cargo la decisión al Tribunal de Fiscalización Ambiental (TFA), órgano resolutivo de OEFA. El cual el último sábado mediante la resolución N.º 003-2023-OEFA/TFA-SE declaró nulo el procedimiento anterior y por lo tanto excluye a la compañía petrolera parar la millonaria sanción, justificado que se habría ‘vulnerado el procedimiento y el deber de motivación’. Asimismo, se ordenó retornar el procedimiento ‘hasta el momento en el que el vicio se produjo’.
Real conflicto de interés
La compañía actualmente tiene 5 sanciones económicas en el marco de 7 procedimientos administrativos sancionadores iniciados por la OEFA de los cuales uno está en trámite y los otros seis derivan en multas que suman más de S/ 70 millones.
En ese contexto, lo que más genera suspicacias es el primer procedimiento debido a que la secretaria del Tribunal de Fiscalización Ambiental, Angélica María García Gilio, es esposa de Adolfo Eugenio Huapaya Venegas, ingeniero de Higiene y Seguridad Industrial de la Refinería La Pampilla, de acuerdo a la propia declaración jurada que presentó la técnica en abril del 2021.
Lo más llamativo es que la función que cumple la señora García es de proporcionar a los vocales – miembros que rechazan o aceptan las apelaciones del Tribunal de Fiscalización – asesoria técnica especializada a través de profesionales multidisciplinarios, según el reglamento de la institución.
En pocas palabras, la representante del TFA al conocer la relación conyugal con el señor Huapaya debió inhibirse al tener un función importante a la empresa que personifica.
Por esta razón, OEFA decidió separarla de su cargo, sin embargo, no fue impedimento para seguir laborando en sus funciones