Viviendas construidas informalmente son un peligro ante eventual sismo en Lima

Ante el avance de la informalidad, varias familias limeñas han construido sus hogares en terreno no apto, ante ello, el 70% de viviendas son informales y aumenta el riesgo de desastre y mortalidad ante un eventual sismo en Lima.

Los distritos más vulnerables, con terrenos arenosos, son Chorrillos, Ventanilla, Carabayllo entre otros/ (Imagen: ANDINA)

Tras los fuertes terremotos ocurridos en Turquía y Siria, Lima vuelve a ser noticia, ante el incremento de la población en las tres últimas décadas. La capital peruana alberga alrededor de un 70% de viviendas informales, un mal que se ha hecho parte de la idiosincrasia limeña.

Muchas de las viviendas no cuentan con supervisión técnica, siendo las laderas de los cerros las zonas más periféricas de Lima, lugar donde precisamente muchos construyen sus hogares. Para el vocero del Colegio de Arquitectos Regional de Lima, los distritos con mucho más riesgo son; Puente Piedra, Carabayllo, Comas y el Rímac. Al sur están SJM y parte de la Molina y Surco.

Diversos distritos limeños, cuentan con suelo no apto para levantar edificaciones, por el suelo arenoso, que es mucho más fácil de deslizarse. Y precisamente ese tipo de suelo, amplifica mucho más las ondas sísmicas. Otros distritos son, Ate, SJL, Chorrillos y VES. Ante una eventual alerta roja por un sismo de gran magnitud, estos distritos serían los más impactados.

Expertos en materia recomiendan realizar obras para reforzar las viviendas, además de los espacios públicos. Las autoridades deben reforzar las zonas seguras ante un desastre como también facilitar las señalizaciones. Así mismo reforzar el actual programa MI VIVIENDA, que ayuda a los hogares a reforzar sus edificaciones. Si bien el MTC implementó un sistema de alerta vía mensaje de textos, la iniciativa recién estaría lista al 100% para el 2024.

Finalmente Lima, cuenta con un silencio sísmico de 270 años.
Un sismo de grado 8 sería mortal. Y la preocupación aumenta, ante la creciente población y la imparable informalidad en la construcción de viviendas que agravan mucho más la situación.