El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha realizado una inspección pública de bases de misiles de largo alcance, enfatizando la necesidad de aumentar la capacidad de disuasión de su país. Esta declaración, difundida por los medios estatales, responde a lo que Kim considera «amenazas» provenientes de Estados Unidos. Según la agencia KCNA, la creciente amenaza de los arsenales nucleares estadounidenses exige una respuesta más contundente por parte de Corea del Norte.
Además, la agencia norcoreana compartió imágenes de Kim en estas instalaciones, que aparentemente albergan misiles hipersónicos y balísticos intercontinentales, capaces de alcanzar territorio estadounidense. Este evento marca la primera vez que se hace pública una visita de Kim a una base de lanzamiento de misiles, lo que resalta la intención del régimen de mostrar su potencial militar ante el mundo.
Por otro lado, estas declaraciones coinciden con una reciente enmienda constitucional aprobada por el parlamento norcoreano, que redefine a Corea del Sur como un «Estado hostil». Aunque los detalles de esta reforma no han sido revelados, se especula que elimina las menciones a la reunificación y la reconciliación, lo que indica un endurecimiento de la postura de Pyongyang hacia su vecino del sur.
En un acto que simboliza este giro diplomático, Corea del Norte ha destruido parte de la infraestructura que conecta con Corea del Sur. Este conjunto de acciones evidencia un aumento en las tensiones en la Península Coreana, lo que podría tener implicaciones significativas para la seguridad regional y la estabilidad internacional.
Redacción: Zully Cjuro