Según el portal de la oficina de Transparencia del Congreso, solo en febrero del 2023 existen 1447 operarios en la Organización Parlamentaria , de los cuales, 1444 son personal de confianza y 1935 trabajadores de Servicio Parlamentario; es decir, empleados de carrera. Lo que suma 3382 operarios parlamentarios. En pocas palabras, hay en promedio 26 trabajadores por cada congresista divididos entre los 130 padres de la patria.
En contraste con otros Estados, el Informe Parlamentario Mundial estima que entre los miembros de la OCDE con más personal se halla Estados Unidos con (29, 7 trabajadores por legislador, Turquía (4,9), Francia (2,6) , Hungría y España con menos de uno.
En ese sentido, Cesar Delgado Gamboa, especialista en funcionamiento parlamentario y docente universitario de Teoría y Derecho Parlamentario, explicó que se cuenta con demasiado personal en el Congreso por la enorme cantidad de trabajadores de confianza.
Asimismo, recordó que hasta 1988 en el antiguo sistema bicameral, no existían estos operarios de confianza “Y, desde luego, no había personal de confianza. El Servicio Parlamentario hacía lo que los congresistas necesitaban que se hiciera. Punto”, explicó.
Delgado Gamboa, precisó que después de ese año se apreció otorgar un asesor y una secretaria a cada legislador, sumado a una oficina: sin embargo, “a partir del 5 abril de 1992 empezó el actual sistema de apoyo generalizado a congresistas mediante planilla de personas”.
De esta forma, cada parlamentario tiene derecho a técnicos, asesores y personal de apoyo para su respectiva región representada.
Bajo este sistema, el especialista detalló que empezó la perversión del sistema con el desdoblamiento de salarios, es decir, se contrata a dos o más trabajadores para el mismo puesto, así como de la detención del sueldo de los trabajadores y su aprovechamiento para otros fines externos.
“Aparte del desdoblamiento, está la práctica de retener dinero (de sueldos) para los fines a los que el congresista le interesen. Estos casos se han venido conociendo porque hay quienes han entendido que no se estaba actuando correctamente. Esta mala práctica sobrevive porque hay dos partes que consienten: el trabajador y el congresista. Mientras haya quienes consientan, no hay forma de erradicarlo”, señaló el docente universitario.
Soluciones al conflicto
En relación a esta práctica provechosa, el experto congresal preciso que se debe sincerar la cantidad real de operarios y la posibilidad de desaparecer los trabajadores de confianza con el impulso del Servicio Parlamentario y línea de carrera.
Además, otros especialistas señalaron que deberían ser los grupos parlamentarios los que tengan mayor cantidad de asesores especializados.
Redacción: Rodrigo Cárdenas