En Alabama, Carey Dale Grayson, condenado a muerte por el asesinato de una mujer en 1994, fue ejecutado mediante hipoxia por nitrógeno. Este método, introducido este año, reemplaza el oxígeno respirable por nitrógeno puro, causando asfixia. Dicha ejecución fue autorizada tras el rechazo de la Corte Suprema a las apelaciones del prisionero, quien manifestó que este método puede provocar sufrimiento innecesario.
El crimen de Grayson fue brutal, ya que, junto con otros tres adolescentes, atacaron a Vickie Deblieux, quien hacía autostop hacia la casa de su madre. La golpearon, mutilaron y arrojaron por un acantilado en Alabama. Grayson, mayor de edad al momento del crimen, fue el único de los involucrados en recibir la pena capital, mientras los demás recibieron condenas menores debido a su edad.
El uso de hipoxia por nitrógeno como método de ejecución ha generado gran polémica. Organismos internacionales, como la ONU, lo han calificado de “tortura”, argumentando que causa sufrimiento prolongado. Aunque Alabama defiende la constitucionalidad del procedimiento, críticos señalan que en ejecuciones previas los condenados mostraron signos visibles de angustia antes de morir.
A pesar de estas controversias, Alabama continúa empleando este método experimental. Grayson había elegido este procedimiento, y sus abogados presentaron una última solicitud para garantizar un protocolo más humano. Sin embargo, la ejecución se llevó a cabo, marcando la tercera ocasión en la que se usa este controvertido método en el estado.
Redacción: Zully Cjuro