El otro «muro de la vergüenza» que separa Las Casuarinas y San Juan de Miraflores

¿Qué podría pasar si fuera retirado?

El Tribunal Constitucional ordenó el pasado 6 de enero, la destrucción del llamado «Muro de la vergüenza», que divide La Molina de Villa María del Triunfo, por afectar el derecho a la libertad de tránsito.
Sin embargo, existe otra estructura en el límite de Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores y Las Casuarinas, en Santiago de Surco, que ha sido olvidada en el tiempo.

«Este muro es la manifestación física de la discriminación que existe en nuestra ciudad(…). Vivimos en una ciudad excesivamente fragmentada y creo que es una oportunidad de generar una mejor integración entre las comunidades que viven en ambos lados», manifestó Solangel Fernández, exministra de Vivienda.

De acuerdo a Fernández, uno de los problemas que genera la presencia de esta muralla es la dificultad de movilidad, ya que un ciudadano no tendría que desplazarse más de 10 o 15 minutos para llegar a un punto de servicio vecinal como una bodega o panadería. «Por ejemplo, para acceder a una zona donde se encuentre un centro educativo inicial, un niño no debería caminar más de cuatro a cinco cuadras», declaró.

Según un medio local, los vecinos de San Juan de Miraflores aseguraron que si bien no es ideal que exista un muro que los separe de sus vecinos de Surco, por lo menos se sienten más protegidos. Por otro lado los vecinos enfatizaron en las necesidades que tienen las familias, como falta de agua, desagüe y patrullaje constante. Así mismo la exministro de Vivienda detalló que la población más vulnerable con viviendas en zonas de alto riesgo debe ser reubicada.