El Congreso no dará ningún paso a favor de la democracia

Una realidad alejada. El nuevo proyecto de ley, realizado por las bancadas de derecha, pretende añadir dos modalidades de elección a una reforma ya establecida sobre las elecciones primarias. Una situación que jugaría en retroceso con la renovación de nuevos partidos políticos y la democracia.

En el 2019, la alta comisiòn experta en materia electoral encabezada por el politólogo y exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Fernando Tuesta Soldevilla, creó una salida a la crisis de las organizaciones políticas. Se concretó tener unas elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Una modalidad que busca una alta participación ciudadana, competitividad, la reducción de partidos y legitimidad. Sin embargo, el Parlamento Nacional no tarda en oponerse.

En un futuro perfecto, si se aplican, funcionarían así las PASO.Usted, iría un día establecido, mucho tiempo antes (6 meses) , a votar  de forma obligatoria como un proceso electoral de cada 5 años. Y lo que encontrarìa en su ánfora de votación son a los candidatos que han propuesto los partidos polìticos para que ellos participen en las elecciones generales. Entonces, usted va a votar por quien le parece el idóneo que participe en la próxima elección. Si no se escoge a uno del partido que sea, queda eliminado. Solo estarán los más votados con un alcance del mínimo de 1.5 % , una participación que se le otorga a usted para que reclame con mayor responsabilidad sobre las personas que llegan al poder. ¿No cree en su capacidad? o ¿no quieren los grupos de poder político que usted crea en su capacidad?

Estas primarias, normadas bajo la ley de partidos políticos del Jurado Nacional de Elecciones, funcionó como un filtro previo a quienes serían los próximos candidatos a las elecciones generales. Puesto que la gran cantidad de partidos, y la poca legitimidad de ellos mismos, es un problema que atenta contra el derecho electoral de los ciudadanos.

El martes catorce de noviembre en la Comisión de Constitución se citó a los secretarios generales de 14 partidos políticos. Opinaron sobre las denominadas PASO y diversos representantes iniciaron la discusión en la pretensión de quitarles autonomía a las decisiones de su partido político y su naturaleza de ser. Y , ¿cómo es el estilo de vida de estas organizaciones?

Desde el 2003 hasta la actualidad se juegan roles mediante la modalidad de las elecciones internas. Este es el principal problema que alberga el ausentismo electoral, escasa afinidad y costos económicos. Nunca nadie se enteró que durante este proceso, hubo más presencia de los entes electorales que militantes asistiendo a votar.

En las últimas elecciones internas del 2022, los principales partidos políticos registraron números incoherentes a la lógica del proceso electoral. Muchos de ellos, poseen una cantidad de afiliados o miembros válidos para que en democracia se elijan a los próximos candidatos, lo cual haría esperar una realidad satisfactoria. En consecuencia, los resultados no son el ideal perfecto. Por ejemplo, Alianza para el Progreso registra 224,695.00 afiliados hasta el 2020 y en las internas asistieron  el 4,683 igual al 2%. 

Si menos personas deciden sobre quienes competirán o solo los delegados de estas, ¿no es acaso una falsa democracia? Por ende, la negatividad se centra en el derecho electoral de cada uno de los ciudadanos, porque son esos mismos partidos políticos quienes ponen las cartas de juego, sus figuras, sus presidenciables.

Aunque, el argumento de los representantes de los partidos también se centre en la baja capacidad del interés colectivo de las personas, ¿por qué no dejar que se activen por primera vez las PASO? La realidad es que, cuando iban a  ser desarrolladas en el 2020, los legisladores decidieron no ejecutarlas debido a la pandemia de covid-19. La segunda vez, cuando llegó el 2022, el tope fue similar, pero señalaban que se deben realizar modificaciones. Por lo tanto, no entraría en funcionamiento. Y ahora, en el 2023, se pretende añadir dos modalidades a las ya establecidas primarias. Uno, se pretende la votación mediante miembros o afiliados de los partidos políticos. Y la segunda, a través de solo delegados.

El camino para desaparecerlas corre rápido por los pasillos del Congreso, puesto que el martes 14 de noviembre a través de la presidenta de la Comisiòn de Constitución, Martha Moyano, se citó a los secretarios de los partidos políticos para escuchar su voz sobre las elecciones primarias. Diethell Columbus,de Fuerza Popular, lo calificó como un “experimento social” y que movilizará a la ciudadanía en 6 ocasiones, generando fastidio. Y sobre ese punto, desconoció que el nuevo Proyecto de Ley costaría 15 veces más, debido a que no se fija una organización y se da la libertad sobre las decisiones de los partidos. Si hay tres opciones, son tres tipos de gasto diferentes.

Esa idea del secretario general de Fuerza Popular fue compartida por los siguientes, incluido el reinscrito partido del APRA, el PRIN, Acción Popular, Renovación Popular, entre otros. Solo dos partidos se mostraron a favor de las primarias: Perú Primero y Juntos por el Perú. Ambos argumentaron que las PASO permitirían una mayor democratización y “harían sentirse parte con la ciudadanía”.

Otro argumento que se remarca en el nuevo Proyecto de Ley 6155 es el hecho de la intervención del expresidente Martín Vizcarra como una afrenta, debido a su proceso de vacancia en el 2020. En entrevista con Edward Málaga, congresista no agrupado, señaló lo siguiente: “Definitivamente queda claro que la intención es derribar las primarias, en beneficio e interés de algunos partidos que tienen bajo su  argumento, el ser caviar”. 

Son esas opiniones la base para detener la realización de las elecciones primarias, ¿es coherente? El secretario de Sociedad Civil de Transparencia, Ivan Lanegra, en entrevista, manifestó una reflexión severa:“La norma que plantean no tiene ni un mínimo de participación, la realidad es que la mayoría de partidos en sus elecciones internas solo asisten un 8%”.

Las probabilidades de una vez más ir en contra de un derecho electoral y fortalecimiento de la democracia en el Perú, y sobre todo en los partidos políticos, están fuera del radar de la mesa de la Comisión de Constitución. Si los secretarios de los partidos políticos ya señalaron una postura excluyente al funcionamiento de una norma, el retroceso es claro. Pese a que, JNE y la ONPE se pronunciaron catalogando de “inviable” para la revitalización de las organizaciones políticas y la democracia.

El martes 21 de noviembre se hizo evidente. La Comisión de Constitución del Congreso de la República elaboró el predictamen con la modificación que elimina, en la práctica, las primarias. Establece un 20% de electores hábiles, pueden firmar quienes sean afiliados o adherentes (solo prestaría su firma) y que sean no obligatorias. Además de que sean designados mediante delegados o miembros de las organizaciones políticas. Y también, no se consideró la opinión de las instituciones electorales, no hubo mayor debate.

Lo último propuesto por Patricia Juarez, congresista de Fuerza Popular, quien decidió añadir al predictamen a los adherentes. Lo cual es irrisorio a lo que determinan las PASO. Según el politólogo Fernando Tuesta, no es posible que exista una lista de adherentes, es una confusión con la de los militantes. “Se exigiría cerca de un millón de personas. Sigue insistiendo que se requiere «firmas». Justamente las PASO colocaba una valla de 1.5% para eliminar a los vientres de alquiler o cascarones”, expresó mediante su cuenta de Twitter.

Dar libertad a los partidos políticos indiscriminadamente generará más partidos que probablemente no tengan solidez, ideas, y formación. Transparencia ya lo advertía en palabras de su secretario, Ivan Lanegra, quien dijo lo siguiente: “Lo que las PASO implica es una posibilidad  de incluir e incidir la ciudadanía en los partidos políticos. Como los partidos no tienen la necesidad de representar , no los anima mucho. Si hubiera la importancia de legitimarse con los electores, esta sería una buena decisión”.

Lo importante es que los ciudadanos voten por una opción según las PASO. Lo que antes sucedía era una lista cerrada o única, en donde el grupo de poder de ese partido ya presentaba al candidato, y el militante solo asistía a votar, lo cual dejaba mucho que desear sobre la designación de los aspirantes. “Este Congreso ha hecho cosas contrarias al bien común, con incentivos nefastos. Los partidos ni siquiera entienden que les conviene. En el Perú no hay 15 partidos con ideologías. En realidad las elecciones se constituyen en un filtro para evitar a los partidos políticos que son vientres de alquiler”, explicó Fernando Tuesta a Radio Santa Rosa.

Actualmente, en el Perú existen 24 partidos políticos y 8 en procesos de inscripción según el Registro de Organizaciones Políticas (ROP). Se prevé que para las próximas elecciones haya un promedio de 35 partidos. Lo  que buscarían las actuales bancadas del Congreso es un control de poder. En el próximo pleno se hará oficial lo que la mayoría de partidos políticos desean, menos filtros y cero intervención ciudadana.

La suerte está echada, este último martes, el predictamen alcanzó 17 votos a favor, 3 en contra y 3 abstenciones de las mismas bancadas o partidos que desde el 2020 se excusaron. Así lo podemos comprobar mediante sus votaciones en el pleno. Partidos cuestionados como Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Renovación Popular, entre otros. Responsables de los congresistas acusados de recorte de sueldos, creaciones de una ley con nombre propio, y de sedes partidarias que figuran como una pequeña empresa de copias.

No habrá primarias en el Perú, no existirá un filtro previo que alerte a los ciudadanos sobre quiénes serán las próximas ofertas de elecciones generales. No las habrá, porque es probable que a los legisladores que estén sentados en las curules les incomode la decisión democrática de los peruanos que no los escojan y por ende, desaparezcan. No habrá un primer paso porque tampoco es la solución al abanico de problemas estructurales que se posee a nivel político, pero los primeros pasos pueden cambiar destinos.

La realidad explota en la cara cuando escuchamos a la gente de a pie quejarse en las calles diciendo: “siempre postulan los mismos de siempre, no creo en ellos” o “cómo pueden ser alcaldes”. Las reformas, el enderezar o intentar dar un buen paso para la mejora del Estado no es ni siquiera, al parecer, una opción. Ellos prefieren andar al caballazo en un país que no entiende que sin partidos políticos no hay democracia.

Redacción: Claudia Torres Molina