Vladimir Molina Espinoza es un abogado graduado de la Universidad San Martín de Porres que el pasado 4 de enero descubrió que agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) lo venía siguiendo de forma secreta como uno de los líderes supuestamente subversivos que son parte de la marcha en contra del gobierno de Dina Boluarte. El activista, en defensa del derecho a la legítima protesta, organizó junto a otros compañeros universitarios la brigada 14N hace dos años cuando el presidente de facto Manuel Merino ocasionó la muerte de Inti y Brayan en medio de las manifestaciones.
La brigada 14N es la encargada de resguardar y atender a la población que sale a protestar y es herida. Por lo tanto, Vladimir Molina en entrevista con Radio Santa Rosa, señala que la DINI lo sigue precisamente por el nivel de preparación que posee la brigada. Asimismo, remarcó que ellos tienen el apoyo de la gente que les brinda desde cascos hasta chalecos antibalas como forma de defensa y que ello sorprende al equipo de la Dirección Nacional de Inteligencia. Molina explicó lo siguiente: “Para ellos es algo raro que un grupo se esté equipando, recibimos donaciones de diferentes distritos. Acá no hay ninguna persona, caudillo, partido o sindicato que nos haya financiado. Nadie. Esa información nunca la va a encontrar la Policía”.
El abogado denuncia y cree que la logística de los agentes de la DINI está bajo una idea errada. Las informaciones extraídas hacia su persona le adjudican viajes realizados a Bolivia como una supuesta formación política. Desmereciendo la labor que tiene Molina con un grupo de amigos viajeros que siempre salen de aventuras turísticas. Además de ser parte de diferentes colectivos sociales y ciudadanos por la defensa de sus derechos. Son esos los motivos que los efectivos policiales encuentran para catalogarlo en sus informes como una de las cabezas de las marchas. Su perfil fue vinculado bajo ese criterio y exhibido en diferentes medios de televisión nacional el día 2 de enero; acción que lo puso en alerta y rechazó totalmente en caso de recibir un arresto arbitrario sin argumentos contundentes.
En esa misma línea, tras la renuncia del jefe de la DINI Juan Carlos Liendo, Vladimir Molina espera que su caso se esclarezca. Y mencionó lo siguiente: “ No soy terrorista y no tengo ningún vínculo. A mí me puede investigar todo mi historial y no van a encontrar nada. No entiendo por qué salgo ahí. Espero que con el nuevo director de la DINI esto cambie. Yo no tengo miedo porque no he realizado ningún acto vandálico. No he ido a hacer desmanes ni nada. Pruebas contra mí dudo que las encuentren. Esperamos que este gobierno no siga escalando en violencia.”
Tras ello, era inevitable aunque desolador preguntar sobre una brigada como su tipo al interior del país. La existencia de una brigada contra la represión policial que llega a causar hasta muertes es preocupante en un Estado de derecho. ¿No son los efectivos policiales quienes deben proteger a la ciudadanía? En su función como tal, Vladimir Molina, expresó lo siguiente: “Se podría trabajar en eso. Pero considero que es difícil mantener una comunicación. Tendríamos que estar viajando para asesorarlos. Creo que se podría dar tutoriales teóricos según su contexto y realidad frente a la represión. Es una buena idea”.
A su vez, criticó que el trabajo de la policía cambia en su realidad y por ello se tiene que crear en una sociedad escuadrones de autodefensa. “Nosotros tenemos que protegernos de los que nos dicen defendernos, es con la ciudadanía que no busca ataques sino equipos de protección especial. Y solo por tener eso ya nos catalogan como subversivos, terroristas. Como si proteger tu integridad física y mental supone ser eso”, sostuvo.
Por otro lado, el brigadista Vladimir Molina hizo un llamado a los medios de comunicación para que mejoren su capacidad de informar sin distorsión. Puesto que, para él, algunos medios llegan a causar zozobra y miedo en la población. “Mi familia tuvo mucho miedo cuando me vio señalado en los programas de televisión», agregó. Finalmente, sentenció que más allá de la DINI, el gobierno debe rectificarse en el concepto hacia los manifestantes.