El último viernes, el Ministerio de Salud de Brasil declaró en alerta médica la comunidad Yanomami, que ha registrado altas cifras de desnutrición, malaria, diarrea, malformaciones y otras enfermedades, a causa de la minería ilegal de oro en la zona.
Según el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, la emergencia médica busca restablecer los servicios de salud para los yanomami, ya que en los cuatro años de gestión de su antecesor (2019-2022) abandonó a la comunidad y defendió la minería.
El territorio Yanomami es la reserva indígena más grande del país que limita con Venezuela, que desde hace décadas fue invadida por la extracción ilegal pero desde el 2018, con el gobierno de Jair Bolsonaro, se incrementó la actividad.
Al día siguiente del decreto, Lula da Silva visitó un hospital en Boa Vista, en el estado de Roraima, donde manifestó haber visto «niños bien delgados, bien desnutridos”. A través de su cuenta de Twitter, indicó que vio un “…genocidio: un crimen premeditado contra los yanomami, cometido por un gobierno insensible al sufrimiento”.
El jefe de Estado prometió resolver la crisis humanitaria con medidas enérgicas. El gobierno enviará paquetes de alimentos a la reserva yanomami para los 26.000 indígenas que habitan la zona, reforzar el cuerpo médico, así como acabar con la minería ilegal, el problema principal en la reserva más indígena más grande del país.